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La homeopatía


Hace más de 250 años, la homeopatía nació de la mano del médico alemán Samuel Hahnemann, (1755-1843).

 

Este es un método terapéutico que estimula de forma natural la capacidad de regeneración del organismo usando la ley de similitud y las dosis infinitesimales de plantas, minerales, etc. Esta ley de la naturaleza permite “curar a los enfermos de una forma rápida, suave y duradera” (Hahnemann). "lo similar cura lo similar". No tiene efectos tóxicos ni colaterales por lo que se puede utilizar a cualquier edad y durante el embarazo o la lactancia. La prescripción del medicamento homeopático depende de un análisis profundo de la totalidad de los síntomas y sólo el homeópata está capacitado para ello. Es por ello que en la 1ª consulta el paciente no debe extrañarse de que se le hagan todo tipo de preguntas sobre su persona y los síntomas que sufre. La homeopatía se caracteriza pués, por las dosis infinitesimales, es decir, las diluciones homeopáticas suavizan el efecto nocivo de una sustancia capaz a dosis elevadas de provocar síntomas en un individuo sano. Provocando a dosis infinitesimales, una acción terapéutica en un enfermo.


INFORMACIÓN ÚTIL PARA EL PACIENTE

Las sustancias que se utilizan en la homeopatía (cerca de 2.000) son de origen animal, vegetal, mineral o químico. La elaboración de estos medicamentos está estrictamente controlada, al igual que cualquier otro medicamento y se venden sólo en farmacias.

1) Absorción sublingual: los medicamentos homeopáticos deben dejarse disolver bajo la lengua. Esta zona altamente irrigada permite una entrada rápida del medicamento en la corriente sanguínea. 2) Los medicamentos homeopáticos no deben tocarse con las manos, así evitaremos que puedan deteriorarse. 3) La menta y el café son incompatibles con el tratamiento homeopático: productos que lleven mentol como dentífricos, chicles y algunas esencias disminuyen o suprimen la acción de la homeopatía por su efecto vasoconstrictor y porque compiten en la absorción. Los antiinflamatorios, corticoides también son incompatibles o por lo menos deberian tomarse alejados de la toma homeopática. 4) Los medicamentos homeopáticos deben tomarse siempre fuera de las comidas y separadas del alcohol y el tabaco. 5) Un mismo medicamento puede tratar patologías distintas. 6) Los animales reaccionan perfectamente a la homeopatía y la experiencia prueba su eficacia tanto en animales de compañía como en animales de granja. 7) Si surgiera la llamada "agravación homeopática" (empeoramiento momentáneo de los síntomas), generalmente en los tratamientos crónicos, es indicio de la correcta evolución del tratamiento aún su aparente contradicción.

QUÉ ENFERMEDADES PUEDE TRATAR


Independientemente de que se trate de una enfermedad crónica o aguda la homeopatía nos será muy útil. También se puede usar como un método de prevención y combinarlo con otras técnicas.


Los medicamentos homeopáticos pueden estar indicados en numerosas enfermedades:

Problemas otorrinolaringológicos y bronquiales: otitis, rinitis, faringitis, amigdalitis, laringitis, traqueítis, asmas tanto infecciosas como alérgicas.

Problemas digestivos: ardor, digestiones lentas, flatulencia, úlcera gastroduodenal, diarrea, estreñimiento, náuseas, vómitos, aftas... Problemas cardiocirculatorios: hipertensión arterial, arteriopatías periféricas, varices, piernas pesadas... Problemas osteroarticulares: todo tipo de dolor muscular y!o articular, ya sea por artrosis o por artritis (dolor de nuca, hombro, de codos, de muñecas...), lumbalgia, lumbociática, dolor de rodillas, tobillos, esguince, contracturas , etc. Problemas urológicos: infecciones urinarias de repetición, prostatismo... Problemas ginecológicos: dolor durante la regla, alteraciones de la regla, síndrome premenstrual, trastornos de la menopausia... Problemas dermatológicos: eczema, urticarias, acné, forúnculos de repetición, herpes simple y zóster... Problemas oftalmológicos: conjuntivitis, blefaritis, dacriocistitis. Problemas sistema nervioso: ansiedad, angustia, depresión, estrés, insomnio, cansancio psíquico, cefaleas y migrañas...

En los niños: Otitis, anginas, bronquitis, asma, diarreas, vómitos, trastornos por vacunación, problemas de la piel, aftas, problemas durante la dentición, trastornos del sueño, alteraciones en el rendimiento escolar, alteraciones en el comportamiento


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